¿No es lo genuino del fracaso de arte, la mayor, quizá la única frustración, abortación, que un personaje parezca vivir? Yo consiento que ellos quieran vivir, que intenten y codicien la vida, pero no que parezcan vivir, en el sentido de que los sucesos parezcan reales; abomino de todo realismo.
Y entones, ¿por dónde erra y anda nuestro Viajero? Mi Viajero vive alli enfrente. Y no sale de su casa sino a la hora de fin de capítulo de la novela. Funciona únicamente como extingidor de la alucinación que llegue a amenazar de realismo al relato.
Macedonio Fernández. Museo de la Novela de la Eterna
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